Un mensaje de WhatsApp confirmó que Miguel Ángel de 17 años, estaba vivo tras la tragedia ocurrida en carreteras del Nordeste antioqueño. Antes del accidente, había avisado a sus padres que el bus iba retrasado, sin conocer las causas.
El primer contacto de Miguel Ángel Carvajal, uno de los jóvenes sobrevivientes al siniestro vial ocurrido en Remedios, llegó en forma de mensaje. No fue una llamada ni una explicación larga; no había tiempo. Aun así, bastó para que sus papás y toda su familia —que comparten un grupo de WhatsApp— pusieran fin a horas de miedo e incertidumbre: estaba vivo. Miguel había sobrevivido al accidente que hoy tiene de luto a todo un departamento.
“Lo más grave fue una herida que requirió cirugía, pero nada más”, les decía Miguel Ángel a sus familiares, en medio del dolor, no solo por sus lesiones, sino también por la pérdida de sus amigos.
Su mamá, Diana Arroyave, compartió con EL BELLANITA el sentimiento que hoy la embarga: “Estoy inmensamente agradecida con Dios. Mi hijo tiene un ángel”. Sin embargo, aclaró que la alegría de tenerlo con vida convive con un profundo pesar por los 16 jóvenes que fallecieron. “Estoy sin palabras, comprendo el dolor de estas familias y no tengo ni una palabra de aliento”, expresó.
Sobre la última conversación con su hijo, Diana relató que Miguel le contó que el bus se había retrasado por un problema con el aire acondicionado, pero que finalmente decidieron salir. Más tarde, alrededor de las 5:00 de la mañana, la familia se enteró del accidente. “Nunca nos dijeron qué tan grave había sido. Nos tranquilizó mucho que Miguel Ángel nos llamara a las 7 para decirnos que estaba bien. A uno se le pasan miles de pensamientos, mucha angustia”, recordó.
Un mensaje en medio del caos
Camila Agudelo, prima de Miguel Ángel, también habló con este medio. Desde el día de la tragedia en Bello ha acompañado a la familia en la distancia y ha seguido cada detalle del suceso. Aún le cuesta creer lo ocurrido. A través del grupo familiar de WhatsApp han reconstruido, poco a poco, lo que Miguel logró recordar y narrar después del accidente.
Miguel tiene 17 años y fue uno de los primeros en salir del lugar. No recuerda con claridad cómo reaccionó, pero sí tiene muy presente lo primero que hizo: intentar ayudar. Así se lo contó a su familia.
“A su lado estaban dos de sus mejores amigos. A uno le hablaba, trataba de hacerlo reaccionar, pero el muchacho le repetía que ya no podía más. A una amiga que vio atrapada y sin poder moverse también intentó ayudarla”, relata Camila.
La joven confiesa que ha sentido este dolor como propio, pues también es egresada del Liceo Antioqueño, promoción 2019.

Entre la recuperación y la esperanza
Miguel sufrió varias heridas, entre ellas una herida abierta en el rostro que requirió cirugía. Además, presentó una lesión abierta en uno de sus brazos, por la que fue intervenido quirúrgicamente. Recibió atención inicial en Remedios y luego lo trasladaron a Medellín, al Hospital San Vicente Fundación, donde continúa en observación. Este lunes, su familia espera que despierte de la anestesia tras una cirugía compleja que inició a las 8:00 de la mañana. Su pronóstico, por ahora, es positivo.
Miguel vive en el sector de Niquía y días antes del viaje recibió una noticia que lo llenó de ilusión: fue admitido en la Universidad de Antioquia, donde estudiará Astronomía, tras obtener uno de los mejores puntajes. “Es un niño muy inteligente”, contó Camila. En el Liceo Antioqueño siempre obtuvo buenas calificaciones y recibió mención de honor en varios grados por ser bilingüe.
La historia de la familia de Miguel Ángel es apenas un fragmento de la esperanza que persiste entre muchos bellanitas, en medio de una tragedia en Bello que 17 familias deberán enfrentar esta Navidad. Relatos que, incluso en el dolor más profundo, siguen abriendo espacio para la vida.
El accidente, que dejó un saldo de 17 personas fallecidas —16 egresados del Liceo Antioqueño y el conductor—, se habría presentado hacia las 5:40 de la mañana, cuando regresaban de una excursión desde Tolú. El bus en el que se transportaban cayó a un abismo de más de 40 metros, en jurisdicción del municipio de Segovia. En el vehículo viajaban 37 personas: 20 jóvenes resultaron heridos y, hasta el lunes 15 de diciembre, cinco de ellos ya habían sido dados de alta. Las causas del siniestro continúan siendo materia de investigación por parte de las autoridades.








