Ober Calderón, el arquitecto de pesebres más talentoso de Bello, expone hoy en el Museo del Castillo en Medellín y y está a la espera de la inauguración de un montaje monumental en el que participó fuera del país.
Por: Edwin Henao Acevedo
Hay algo tan grande como sus obras —o quizá mayor— que mueve a Ober Calderón cuando diseña pesebres: catequizar. Enseñar que todavía es posible hacer pesebres en casa, una tradición que, según él, parece estarse perdiendo.
Nació en Bello en 1968 y creció en el barrio Prado. Es docente, artista plástico y arquitecto especialista de profesión. Pero su verdadera pasión —la que lo acompaña desde hace tres décadas— es el pesebrismo. Desde 1995, Ober Amed Calderón Serna convirtió esa vocación en un oficio que hoy trasciende fronteras. Aunque en Bello no es masivamente conocido, en Antioquia es reconocido como uno de los mejores pesebristas de la región, algo que respalda la Corporación Taller del Pesebre de Antioquia.

Hablar con él de pesebres es entrar a un terreno de emoción y simbolismo. “Yo normalmente hago un pesebre especial para mi casa y lo hago cada año nuevo con algo de simbología”, cuenta. Ese gesto íntimo, repetido con cariño, pasó de tradición familiar a convertirse en arte en gran formato.
Antes de dedicarse de lleno a los pesebres, Ober hizo parte del colectivo “Artistas por Bello” en los años ochenta, donde compartió con referentes como Carmona, Nieto y Amaya. Su exposición individual Equinoccio pictórico, realizada en la Cámara de Comercio de Medellín, seccional Bello, en 1992, fue una de las más sentidas y experimentales de su trayectoria. Su amor por los pesebres comenzaba a tomar más forma.
Arquitecto de pesebres: obras que parecen reales
Hoy, a sus 57 años, con una esposa y tres hijos, tiene claro que este camino será para siempre. Su esposa, Nora Elena Franco, lo confirma: “Él es un apasionado, a él le nace del corazón el pesebre… ha sido complejo porque se vuelca demasiado en sus obras, pero uno lo acompaña”. Y Ober resume ese sentimiento en una frase que esuchó una vez y que cargan como propia todos los pesebristas: “Solo quien comparte mi pasión, entiende mi locura”.

Este bellanita combina su profesión de arquitecto con el arte de diseñar pesebres
Su sello es inconfundible: pesebres de gran escala y minidioramas que parecen escenas bíblicas capturadas por una cámara. Pero no: todo está hecho a mano, pieza por pieza. Lo más sorprendente —así lo percibimos mientras visitamos su casa— es que sus obras parecen ilustraciones digitales o imágenes hiperrealistas hechas hoy día con inteligencia artificial. En realidad, son maquetas elaboradas con precisión arquitectónica.
Entre sus trabajos más llamativos está el pesebre de la Veracruz, hoy expuesto en el Museo El Castillo: una pieza monumental de tres metros que recrea el jubileo del año 2025, donde “Jesús nace entre los pobres”. Allí también se exhiben cinco minidioramas que representan los misterios gozosos del Rosario con figuras de apenas tres centímetros.
Otro de sus montajes más recordados es el pesebre paisa, una recreación del nacimiento de Jesús en una casa campesina del sureste antioqueño de los años cuarenta. Tapias, guadua, fogón de reverbero, pencas de sábila, gallinas y hasta la elevada del globo: Antioquia convertida en Belén.
Su obra también ha rendido homenaje a la tradición universal. En 2023 reconstruyó la noche de Greccio, Italia, donde San Francisco de Asís creó el primer pesebre hace 800 años. “A partir de ese momento —recuerda— se crea la tradición del pesebre a nivel mundial”.
Y mientras en Medellín su trabajo sigue brillando en el Museo El Castillo, Ober acompaña una nueva emoción: ver inaugurado un pesebre monumental en el que participó, en Santo Domingo, República Dominicana. La obra, de cinco metros por dos metros y medio, es el primer Belén inmersivo del país. “Va a tener realidad aumentada. La gente lo va a visitar con máscaras 3D, con sonidos digitales… es una cosa bastante loca”, dice.
En Bello, entre tanto, trabaja en la inauguración que más lo conmueve: el pesebre de este año en su casa. Una obra íntima, profundamente artística, que reflexiona sobre la relación entre lo humano y lo divino.


El recorrido de un artista que representa a Bello
Con casi 30 años dedicados al pesebrismo, Ober ha expuesto sus pesebres por varios años consecutivos en el Museo El Castillo y en otros escenarios del país. Fue director del 2.º Encuentro Internacional Pesebrista en Medellín y ha sido invitado a congresos en Mollina —sede del museo de belenes más grande del mundo—, Sevilla, Totana, Popayán, Cuéllar y otros escenarios internacionales.
Es miembro de la Corporación Taller del Pesebre de Antioquia, adscrita a la Federación Internacional Pesebrista INFOE PRAE, el máximo ente del pesebrismo mundial.
Sigue enseñando, pintando celajes, creando atmósferas, construyendo escenas diminutas y montajes monumentales. Y sobre todo, sigue siendo bellanita. Desde Prado, desde su mesa de trabajo, su arte sale cada diciembre para recordarnos que el pesebre —más que una tradición— es una manera de contar la vida y de mantener viva la memoria con la que crecieron nuestros ancestros.
Actualmente, Ober ofrece sus obras no solo para ser exhibidas, sino también para quienes deseen arrendarlas en Navidad o incluso adquirirlas. Su mayor deseo es que las futuras generaciones sigan disfrutando y viviendo la magia del Nacimiento de Jesús.








